Si el criterio europeo de obligación de registrarse tiene que tomarse como modelo a escala internacional para gravar el comercio electrónico, las empresas que lo practican, incluidas las europeas, estarían obligadas a registrarse en decenas y decenas de países, con gastos financieros cada vez más disparatados, especialmente para las empresas más pequeñas.
If the European criteria of the registration obligation were to be taken up internationally for e-commerce taxation, the businesses complying with the obligation, including European businesses, would be forced to register in dozens and dozens of countries, incurring increasingly unreasonable expenses, especially where smaller firms are concerned.