Una gestión hidrológica eficaz, como exige la DMA, ayuda a los Estados miembros a prepararse para fenómenos meteorológicos extremos que, debido al cambio climático, son cada vez más frecuentes y causan enormes daños[3]. Como complemento de la DMA, en 2007 se adoptó la Directiva sobre Inundaciones[4] (DI), que obliga a los Estados miembros a evaluar y cartografiar los riesgos de inundación y la peligrosidad por inundaciones y a gestionarlos mediante el establecimiento de planes de gestión del riesgo de inundación.
Effective water management, as required by the WFD, helps Member States prepare for extreme weather events which, due to climate change, are becoming more frequent and cause tremendous damages.[3] To complement the WFD, the Floods Directive (FD) was adopted in 2007 and requires Member States to assess and map flood risks and hazards and to manage them by putting in place flood risk management plans (FRMPs).[4]